Los materiales recuperados ofrecen una amplia cronología que abarca la Edad del Bronce Final, Hierro I y Hierro II, dato que se ve confirmado por la superposición de diversos poblados.
Las excavaciones han sacado a la luz varias casas rectangulares con muros de piedra y adobe, restos de cerámica y tres hornos de alfarero utilizados, posiblemente, para la cocción de pesas de telar y cerámica. También se encontraron adornos de cobre, restos de animales, bolitas de piedra y una "azuela" de piedra pulida. Constituyen un hallazgo excepcional por su escasez en la Península.