Su condición de jalón del
Camino de Santiago y su posición fronteriza han marcado la historia de Viana, una villa de visita obligada para cualquier visitante que quiera conocer bien
Tierra Estella.
Debido a su carácter fronterizo, la villa de Viana fue testigo desde su fundación de continuos enfrentamientos bélicos entre Castilla y el
reino de Navarra y de las rivalidades entre facciones navarras. Precisamente en una escaramuza dentro de unos de estos periodos de inestabilidad, encontró la muerte
César Borgia, cuando al mando de las tropas navarras intentaba recuperar la ciudad de Viana. A los pies de la portada de la
iglesia de Santa María, todavía puede versa la lápida que nos recuerda que allí está enterrado este célebre príncipe renacentista.
En el
casco histórico de Viana todavía se puede observar el trazado medieval de las calles, en las que se puede contemplar interesantes monumentos, entre los que destacan la iglesia de
Santa María, con su aire de fortaleza y su espectacular portada renacentista, las evocadoras
ruinas de la iglesia de San Pedro, el antiguo hospital de peregrinos, habilitado hoy en día como Casa de Cultura, y un gran número de casas señoriales.
Además, las personas interesadas en el arte prehistórico pueden acercarse hasta el cercano yacimiento megalítico conocido como
hipogeo de Longar (2500 a. C.)
Por último, en el término de Viana está el
embalse de Las Cañas, que
cuenta con un observatorio para poder disfrutar de los movimientos de su rica avifauna.